El abismo está al norte. Venus tiene ortigas
entre las piernas de su lenta
hermosura que todos conocemos.
La sal está abrasada junto al río
de ronco movimiento. Largas colas,
estrellas azuladas como peces,
fogatas encarnadas o verdísimas
suplican a la entrada.
¿Quién eres? No lo sé.
¿Qué buscas? Lo sabía.
En la jaula del mar no existe nadie
que pueda responderte.
Levántate. Ya es tarde, te lo he
dicho.
No duermas a estas horas peligrosas.
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