Venimos de la luz con nuestros
dedos
esparcidos de pronto entre las
cifras
de las negras galaxias desprendidas
de un monte cenital
en el polvo vivimos con los ojos
propagaciones anhelantes
bajamos por los prados
carcomidos
invadimos las destrozadas voces
al ver Bronwyn
en la muerte es la, vida lo que
espera
asomando sus dientes
traspasando la tierra abandonada
con sus monstruos de cera y
ecuaciones
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