sábado, 6 de junio de 2020

TE AMO, ETERNIDAD (DE "EL CORDERO")



Te amo, Eternidad. Ven fuego blanco

Que tiemblas en las cosas del abismo

Y vives dulcemente como un río.



Yo quiero deshacerme en tu ternura

Caído entre tus manos y tus labios,

Abierto ante el fulgor de la constancia.



Y quiero responder a tus palabras

Altas y silenciosamente erguidas,

O arder como las calmas subcelestes.



Como un lento rumor desmoronado,

Como una rueda obscura o destruida,

Estoy ante tu luz rosal e inmensa.



Apártame del negro monumento

Del profundo martirio de lo inerte,

O dime si también es alma todo.



Parcialmente conozco tu hermosura;

estás en lo que llamo lejanía,

Estás en los desiertos de mi pecho.



Estás en mi alegría más reciente:

Palacio moribundo de sonrisas,

Hiriéndome y cantándome. Te adoro.



En tus puras acacias transfiguro

Mi bárbara dulzura insostenible,

Mi externo desconcierto deshojado.



Eleva con mi voz los horizontes.

Te amo. Sí, te amo, bloque ardiente;

Purísima catástrofe de lirios.



Entre el llanto y la luz, ha sido dicho,

a pesar del silencio del espacio,

a pesar del desorden de lo herido,

a pesar del temblor del infortunio.

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