Las huellas de sus dedos no se ven en la torre.
Pero yo leo sin descamo, en la soledad de la ermita
junto al mar los antiguos signos en donde tu estuviste hacia el año mil,
por los bosques, los pantanos, las ramas y las hojas, la arcilla pisada.
Dentro del corazón está la muerte
como una runa blanca de ceniza.
Acércate por el campo blanco
o por el verde campo o por el campo
negro, pero ven
Detente ante la tumba
donde los dos estamos.
Las hierbas son tan rubias como tú
lejos de la ceniza que me aleja
para siempre sin hierro.
La muerte es el pantano de las cruces,
Bronwyn.
[...]
Que las orquestas ciegas del martirio
acaben con los bosques, y los fuegos
de este incendio final, sacramentario
Bronwyn.
si no puedo ser tú, si no podemos
ser ángel,
¿por qué la niebla es gris sobre el mar gris?
Las ruinas de las runas en la roca hablan
de que yo estuve en este mundo,
donde el mar y la tierra de las nieblas
se funden y confunden.
La vida era una ausencia inagotable,
un laberinto de serpientes grises,
un pantano de rosas tenebrosas.
Torna mi oscuro anillo inmemorial.
Mi armadura deshecha se deshace
y de sus mallas muertas salen fuegos
azules, Bronwyn; puedo verlos, tiemblan.
Tiro el guante de hierro, soy tu siervo.
El mar que me acompaña por un mar de sombra
se deshace en el vacío.
Estoy cansado de estar muerto y ser.
[...]
Bronwyn;
es un mar de ceniza. está subiendo.
Nuestras alas no existen por la noche.
La cabeza es de cera,
los ojos son espacio
Te dejo entre los árboles del mundo y este coro de gritos
Que persigna mi estatura maldita.
Se acercan las doradas procesiones
que grabarán mi cuerpo en una losa.
Déjame contemplarte todavía,
mientras mis ojos cambian de función
conviniéndose en música azulada.
Bronwyn, el horizonte es una casa:
(la imagen incendiada de una casa).
La tierra es de terror, pero yo busco
una flor de cristal inaccesible.
Dámela con rus ojos desde el lago
donde blanca apareces.
Cuerpo resucitado no abandones esta mano de herida.
En Occidente el mar también acaba.
¿Mi señor me envió junto a las olas?
¿Mi ruido y mi armadura son su don necesario?
¿Había de morir junto a la puerta
del jardín de los árboles dorados?
¿Tengo que vivir muerto
mientras sé que el cielo es una red de piedra gris?
Es mi espada del año mil que llora,
no yo.
Mi corazón es blanco)' no se queja.
[...]
De Bronwyn, 1 (1967)
Mi cabeza de dientes se esparce por el prado
en que los ojos mis bellos de tu rostro
me hablaron con sus raíces de encina agonizando.
Toca mi corazón que se adelanta
bajo la espuma negra de las olas del cielo.
Ablanda tu ceniza.
Y acerca esa luz quemada de tus rojas estrellas
para que vea bocas donde sólo hay
pedazos de papel implorando.
Rasga tu hierro claro
y arráncate las letras que decoran tus yelmos.
¿Saben los grandes cisnes dónde está mi cadáver?
De Bronwyn, // (1968)
Corona sin persona, corazón sin coraza
lanza sin esperanza
Ando muerto yerto mando
Bronwyn bajando
Bron- wyn Con sin
Cielo ciego cieno cierro
Cielo ciego
¿No subes a la hierba?
Las cruces son violetas
Ya.
[...]
De Bronwyn, 1 // (1968)
Las olas sin espuma viniendo lentamente,
desde la eternidad repitiendo sin ruido
lo nunca,
¿Son de formas distintas? ¿Qué son formas?
¿Son las revelaciones de otra imagen?
Un ciclo se separa de este cielo:
las voces de unos ojos que vienen de lo gris.
Las ramas azuladas que propagan lo no.
¿Son los miembros humanos el centro de este mundo?
¿Lo son todo, acaso?
Hablaba de tu cuerpo de dedos y de manos
o tocaba en tu frente los milenios de luz.
Y las rosas se abrían dividiendo despacio
la nieve desolada del abismo marino.
Las almas son aún un polvo más oscuro, una luz más violeta
en el dolmen doliente al que me abrazo.
El pozo es el hermano del anillo. Remolino de otro mar, inútil es escribir en su interior una fecha o un nombre. En las tinieblas fulge d anillo eterno donde nada tiene fin ni principio, donde nada es, por tamo. Pero en el fondo del pozo puede haber agua inmóvil, no giratoria.
(...]
Al salir del agua se encuentran coronas de flores. Sobre todo si quien sale del agua es una doncella muerta que así resucita. Reconoce el cielo.siente el frío del aire porque está desnuda. Reconoce los árboles y las plantas tenebrosas de la orilla.. Pero no sabe quién es y nunca podrá saberlo. La tierra es un reverso. En ella se oyen sonidos que ocultan su espantoso silencio.
(...]
Las casas, los países, como las constelaciones, son la pura imaginación de un orden que no existe. Todo son puntos en movimiento. Cada luz, cada ser, cada ángulo están habitados por el infinito con su disposición en dispersiones. Vemos una torre, una habitación. un sepulcro. Vemos una constelación y vemos el mar, sobre todo el mar. Pero no vemos nada. No hay nada, Bronwyn. No hay nada.y todo conspira para fingir que existe, hasta mi corazón apoyado en mi cerebro,
(...]
Cuando digo yo oigo un grito terrible. El ciclo negro se acerca a mí. Siemo una espiga de hierro en mi interior. Las nebulosas se encienden y se apagan. Algo parece una mujer. pero el alma es otra cosa y no exige el dos. Cuando digo yo. pronuncio
la sagrada palabra Uno que sólo Dios podría pronunciar en su vértice inaccesible
De Bronwyn, V(1968)
Espirales, no esvásticas, de niebla de mar
en un silencio sostenido por el árbol insomne de los astros.
Como las blancas piedras,
lo que yace emerge con las manos de la nada
en los paisajes de ceniza eterna.
Lo nunca está esperando en el umbral
y el anillo grabado emite llamas.
Bronwyn. mi corazón también es no.
Los abismos son ecos de sollozos;
en la noche del todo te contemplo,
inscripción en el aire abominado.
No dejes que me muera sin mirarme
desde tu bruma verde que respira.
La irrealidad me lleva. dulcemente.
Las espirales grises, las doradas espirales
que giran hacia dentro
contienen nuestra sombra en su temblor
Bronwyn, mi corazón también es no en un mundo
que cierra la presencia. Manos abandonadas en los ciclos.
La muerte es una muerta.
Vemos exteriormente como forma lo que, en el interior,
es luz. La muerte es aquella luz que dice no eternamente
siendo sí. En ella se refugia la belleza de la
tierra y la belleza del cielo. La amada es esa muerta que siempre
intentará resucitar.
[...)
El mar está en el cielo y en el cielo
las olas deshaciéndose.
Los cristales creciendo se parecen
A lo que el yerto sueña lentamente.
Deshaciéndose d cielo de los tiempos
en las manos de un mundo que no fue.
Brumas, resurrecciones y saber
que la luz es lo no,
que lo nunca eres tú,
que la nada es la mano que levanto.
Mi cráneo destrozado por el hacha bajo el yelmo de hierro.
Mis manos incendiadas y mis tristes,
y mis hundidos sentimientos sombra.
Bronwyn. es el clamor lo que renueva
mi frente desligada, mis deshechas
Tu clamor de celeste concedida,
tu plata en resplandor a través de oro;
Eva del otro mundo sin ceniza.
[...]
Triste como un sonido inmemorial,
las armas me abandonan de repente.
Estoy bajando siempre y no lo sé
Me lo dicen tu piedras sobre mi
Ya casi mar.
La noche abandonada de tu voz,
crece sobre los cálices vacíos.
Bronwyn.
ha nevado esta noche y de la nieve
salen llamas azules.
El horizonte está resquebrajándose
En medio de la nada está la espiga
como la Flor en medio de b. nieve.
La muerte es la mirada que, hacia dentro.
vela vida,
Bronwyn,
son rosales extáticos,
son nubes de oro rosa,
son ciclos de las flores, lo que tienes en tu
luz.
De Bronwyn, V(1968)
Cadáverda
cada verdad.
Soledad.
Sol.
edad.
Bronwyn. só·
lo lo
Abrazada,
ab rasada.
No abras nada.
Te amo al atardecer cuando estoy muerto
y mis ojos se mezclan con las hierbas
y estoy lejos del mar y escucho el mar
y tus ojos me miran desde el viento
y es al atardecer cuando estoy muerto.
[...]
Si sales de tu tumba y vienes a la mía Bronwyn, me verás:
Estoy arrodillado a través de la piedra.
De la muerte se puede
conversar con dulzura, Bronwyn,
cuando se está muerto
(...]
De Bronwyn, V/(1969)
En la sonrisa triste con que el bosque repite mi mirada moribunda,
en su reflejo verde de cabellos
áureos, Bronwyn,
estoy como en los trozos de color
blanco de aquella cruz.
El hielo de las flores está aquí entre las rayas rotas
de una losa escrita en un idioma de crujidos y luces divergentes.
Las ruinas de las runas nos circundan.
Las aves son palabras de agonía.
Bronwyn,
no salgas de las aguas, no abandones
tu imagen incendiada hace mil años.
Ven hacia lo que no puede tocar ni el solo pensamiento.
Las estrellas se graban en la piedra inmensa que me ciega.
Bronwyn, Bronwyn, que me
Entre lo negro, Bronwyn. soy lo negro.
Graves planos de plomo son el cielo.
He de llamar amor a lo que es ir
hacia
[...] [...]
De Bronwyn, V//(1969)
Cuando te contemplé ya estaba muerto, muerto como las hierbas, aunque crean, como los mares muertos, que son rocas.
Sólo lo que es eterno está en la vida, aunque lo blanco eleva su belleza sobre las formas grises de lo negro
Y simula existir donde el no ser ex1iende sus certezas transitorias; Bronwyn, tu claridad no eternamente.
Deshecho por el bosque de lo no, por el bosque de nubes que son luz, luz de rocas y mares)' de hierbas.
Y de cristal deshecho, Bronwyn, que deshace lo que inmenso se levanta,
se levanta de luz desde lo gris.
De luz que se deshace entre la luz, de mares deshaciéndose en el mar,
de rocas deshaciéndose en las hierbas.
Bronwyn, que se deshacen en la torre, en el pantano, Bronwyn. en el bosque, entre los restos blancos de los hierros.
Un altar es un bosque, y es un bosque, Bronwyn, lo junco a ti donde tu blanco desvanecerlo todo junto a ti.
Cuando te contemplé ya estaba muerto; muerto, lleno de hierbas y de nubes, lleno de mares negros y de tu
[...)
Cuerpo de bosque blanco en un altar, torre de nubes blancas en un bosque, bosque de mares grises en la roca.
Junio a las rocas blancas de las nubes, junio a las grises nubes de las rocas, junto a los mares blancos del no ser.
Envuelto en la luz negra de lo blanco, envuelto entre las rocas de las nubes, envuelto en la luz blanca de lo gris.
Escucho entre las nubes de los mares, entre los mares de las rocas blancas; cuando re contemplé, Bronwyn, las hierbas.
Las hierbas lo son todo y el no ser,
las hierbas son lo blanco y son la roca, las hierbas son la nada en crecimiento.
Las hierbas son los mares de lo negro, las hierbas son la torre y el pantano,
las hierbas son yo muerto, Bronwyn, Bronwyn.
SECRETAMENTE ETERNOS EN LO NO
De Bronwyn, V//1(1969)
Si porque me dejaste en el clamor de lo gris temporal.
Quieres que te comprenda. eternidad.
Bronwyn, mi extremaunción abandonada al borde transparente de mi cuerpo.
Solio del corazón amordazado, palabras
como tronos de agonía reciente en el abismo de lo abierto,
de lo desnudo inmenso que se va cayendo de una roca,
con las manos cortadas por el tiempo de sus aguas,
soltadas por las sombras, y soltadas
de pronto entre mil años y mil años.
Incienso en lo incendiario que denota
lo intocable de siempre en soledad.
Pasas entre los ángeles en vilo
tan invisible y cierra como yo,
donde esta agrup2ción de hierbas abre
su boca.
Sin voz, sólo tu gris decaimiento vestida
por los bosques de los ciclos, adolescente eterna de los dólmenes.
[...]
Sacramentaria Bronwyn, Bronwyn gris
enterrada y de pie frente a mi \voz
que mana dulcemente, dulcemente para lo que no soy,
y lo que ya oscila en órbitas desencajadas.
Es triste comprender lo que solloza
en el fondo más hondo que uno mismo:
Ver moverse una mano que está muerta.
Renace, Bronwyn, para no
para no destruir la piedra eterna;
el centro, que en los centros de mi yo,
te mira eternamente.
Bronwyn, te son mis hierros y mi yo
un cerco pcrdurable de insistentes llamas.
Te soy, Bronwyn.
Nunca serré del tiempo aunque en el tiempo
viva.
La eternidad me tiene en su poder.
Somos la eternidad. Blanca viniste a convencerme, muerto.
[...]
De Bronwyn, z(1969)
CONVERSO CON BRONWYN (ROSEMARY FORSYTH)
Regreso a tu Brabante imaginariamente.
Porque aquel año mil ya se perdió entre las espirales océanicas
y sería un error
buscarte por las calles de Lovaina
o de un pueblo en la costa.
frente a unos frisios rubios que no existen.
Estoy entre los árboles del bosque sagrado y aquel río
de pantanosas aguas donde estabas.
¿Qué significa estabas?
En realidad, nunca estuviste en paisajes terrestres.
Bronwyn tan sólo fue transformación,
convergencia unitaria. Rosemary Forsyth.
de tu existencia blanca en este siglo veinte
y la imaginación de Leslie Stevens.
[...]
Pero si algo pervive y resistir
la sombra es existencia verdadera,
Bronwyn. en tu verdad está lo cieno,
acaso mis que en sombras cuyos cuerpos tienen peso y altura,
materia y duración.
Regreso a tu Brabante
y en primer lugar contemplo un horizonte oblicuo.
En él hay una torre de normanda forma,
hay una cruz labrada con imágenes
en toda su extensión, hay varias chozas
que emergen, palafíticas,
de las verdosas aguas que fecundan
el cieno del lugar.
Tu imagen no aparece o si aparece es rauda, transparente,
hecha de conmoción
de yuxtaposiciones velocísimas
del ser y del no ser, como tu doble
persona
Dime qué es el amor aunque no sepas
de lo que estoy hablando.
(...]
¿O prefieres dejarme que te explique
lo que puede entenderse
por esa fuerza ron un oscura,
por ese vendaval de cementerios?
El amor es mirar un centro puro
y ser suyo.
Y ser él,
dejando que lo eterno se consuma
en esos dos agentes del misterio.
Las manos en el ciclo.
Y en la frente las nubes azuladas,
mas también clamor
es un grito inmensamente horrendo,
porque sabe ya el gusto de la tierra
en las bocas abiertas para el beso
del que escapan las flores, las estrellas
Y aves,
estoy hablándote
como si fueras cierta en la pared
fugaz del pensamiento
que repite la imagen numerosa
de los estremecidos resplandores
de la substitución constante.
Todo se ha muerto ya cuando contemplo
tus senos de ceniza entre las hojas
doradas de un silencio
grave como la espada vertical
con que todo se corta.
Cuando contemplo el cáliz de tu rostro,
mi graal absoluto,
tan lejos en espacio como en tiempo
y en su combinación de alejamiento intrínseco.
Cuando contemplo el fuego de tus brazos
ardiendo entre los dólmenes que sueñan
bajo la luz verdosa de los claros
del bosque
Toco tu corazón con mis palabras
que apenas son humanas
por tan ciegas y mudas en lo inútil;
porque grabar estelas es trabajo de enterrador
y no de amante.
[...]
Nadie me está escuchando cuando te hablo
en el fondo perdido de mis años
traspasados de signos
trasladados a un mundo
que no me reconoce ni me atañe
con sus antorchas negras y sus ceras
de malla.
Hablábamos de amor,
no es un deseo ni una costumbre
alada de entender los cuerpos a las almas,
sino una reducción con una fe
que funden la deidad y se arrodillan
bajo el sol de su imagen.
El amor es un pálido descanso
que apoya la cabeza en una piedra
de colores ignotos
y un sonido candente que responde
sin cesar de ser él eternamente
Los árboles me miran y las hierbas
me rozan con sus tristes sentimientos.
Pero nada perdura donde tú
desnuda apareciste con corona.
(...]
Recorro los caminos abrasados,
Las machacadas zonas de los siglos profundos,
profanados,
y palpo con mis dedos los relieves confusos
de las tétricas reuniones de restos arqueológicos.
Hacia la lejanía
suena el rumor de un mar y:t de otro tiempo.
Igual es como abismo solamente.
Regreso hacia el momento en que consiste lo presente.
Ando entre peatones y automóviles.
Me pierdo por las calles interiores
con sus casas, no obstante, semejantes
a las que •fuera• me circundan siempre
y me p:tro por fin ame un espejo.
Voy vestido de gris y mi corbata es rosa.
He llegado a la edad sin esperanza,
aunque los años puedan, todavía,
sucederse en mi tiempo.
(...]
Me circundan -objetos-
que son parte de mis vidas difuntas.
Y en esta vida viva me rodean
seres a los que quiero y que me quieren
más en lo humano siempre,
sin poder entrar en el castillo no visible
de aquellos más allá que me dirigen
sonambúlicamentre.
Siempre supe que no era de este mundo,
con iodo he sido fiel a su presencia
y me adhiero con fuerza a lo que real
se dice, se figura.
Hablando con la sombra de tu sombra,
postreramente, he de decirte:
fuiste la mensajera de mi muerte,
de mi metamorfosis, Bronwyn
Mentiría si no reconociera
que en tus ojos vi el rayo del espacio
por el que puede penetrarse donde
(...]
La N:ada es una ron. y se parece
a tu ser intocable.
Lo Nunca es un fulgor que, suspendido,
sin producirse existe en los inmensos conjuntos superiores
Donde nada lo nunca ni es siempre junto a ti;
no en imaginación ni en realidad:
en esencia.
Lo que llamo Brabante no es un sitio
ni el recuerdo de un ávido lugar
con muérdagos y encinas.
Lo que llamo Brabante es un instante
sin tiempo y sin espacio.
Igual que tu belleza es una sola
conjunción instantánea de poderes
No hay nadie en el espejo y me contemplo.
(...]
De Bronwyn, x(1970)
Retorno al campo ciego de los días áridos
y recorro el país donde los bosques
El gregoriano oscuro de los siglos
abre
las puertas de la torre ya sin hojas
blancas.
Retorno hacia el pantano de la mezcla
y hacia la luz morada de los verdes árboles.
Bronwyn en el umbral en que la sombra
mano
se extiende hacia el follaje transparente
que
encendiendo.
(...]
Bronwyn era el cristal innumerable
difundido en difuntos esplendores,
era con los relieves de mi cruz
el gesto del espíritu.
El bosque circundaba su tersura
y el tiempo al alejarla de su espacio
era manchas de como nieve sangre.
Todo tan transiciones luminosas,
constelaciones y figuras blancas
de lo que nunca estuvo cerca,
ni vivió al mismo tiempo en un espacio.
Todo tan destrucciones silenciosas
cuando las manos fingen conocerse
y son desierto albos sin edad.
Dispongo de un instante en que pensarte
entre las dimensiones ávidas
que me arrastran al fondo
de un ignorado abismo de vivísimo ruego.
Te pienso entre tu cuerpo y tu palabra,
entre tu frente de oro y tus cabellos rosa.
Te pienso entre tu luz y el resplandor
que blanco.
Tu espíritu visible que me mira,
tu lejanía absorta que me toca.
Bronwyn. tu desunión que me deshace
y me vierte en un lago de luz verde.
[...)
Dispongo del instante de los muertos,
de los que vuelven solos junio al dolmen
doliente de sus puros sufrimientos
y pulsan en el arpa de la espuma su día
de diamante más radiante.
Insume de no estar y de perder la ciega consistencia
que la vida entrega.
Dispongo de un instante y le contemplo
bajando desde el ciclo de los ciclos entre tus labios
y mis ojos mudos entre las hierbas mágicas
que crecen, que crecen.
Todo se ha confundido y queda sólo
un ascua de cristal que se reduce a cisne de sonido.
La eternidad nos suena en las tinieblas
y somos una sílaba». de fuego
en su azulada boca hipergaláctica.
Hosanna, filacterias de los bosques,
mi pensamiento es druida por tu voz
Bronwyn, Yrwyn, Ynwynyn,
Aunque te escriba entre los vientos blancos
y aunque me escriba entre las negras rocas,
no logro contenerte como esencia.
¿Hay algo que no sé? ¿Hay un olvido
hundido en la espiral?
Bronwyn, yo sólo quiero comprenderte
y nunca las palabras me podrán dar nada.
Eternidad, oscuro, dulcemente, manos, ojos,
pantano, rosa, raya, diamante, disonante, lejanía,
estar, no ser, difunto, persistente,
¿Qué son?
Bronwyn, si el año mil fuera mi tiempo
01ú vinieras a este siglo
que parece ser mío o donde estoy,
iodo seria estéril como un cielo
en el que las estrellas fueran piedras.
Bronwyn eres [a norma de mi nada, y
la conciencia clara de mi nunca, aparecidamente.
[...)
Arcos azules bajo el cielo rosa y pórticos de plata
sobre el mar elevando pináculos astrales.
Una forma violeta reducida
a los tristes celajes asombrados
ante la luz indemne de tu cuerpo, Bronwyn.
Y el firmamento detenido donde las letras
desvarían de tu nombre eternamente eterno.
De Bronwyn,y(1970)
Bronwyn desgarradora
Llena eres de gracia
en la paz que profundo dejo mi soledad
Espero que la nada alucinando el reino
me petrifique en aire rosal
Desgarradora boca
de los ojos que senos enciendo sobre lisa
palidez pantanosa de mezcla
Yrwyn de inextinguible aurora
de aureola inmensidad reciente
de lejanía la
El ruido del silencio penetrando
La pausa que afilada recoge
Yrwyn de inacabada rosario de rosal
[...]
Rwynyrde sol de runa en de ruinas acorde Nyrwyr
como de no ir nunca
Bronwyn celebración
de lo presente que no tiene
Y que no sabe cómo es tan desvanecida
la voz evocación
De que no se conmueve
lo que no se
De que nunca lo no
de que nada lo nunca
Se conmueve lo que desde nunca aparece
y nada
Nada como el amor
En la
[...]
Como si el estremecimiento de una orquesta
pudiera levantar desde la roca blanca
la tan lejos de todo su cristal belleza
de mar y transitoria
los brazos extendiéndose
desnudos en los grises de lo sólo ciclo
Como si el abandono de los campos
ellos pudieran olvidarse de la negra piedra cerca
Y perderse en el sueño de las manos alas
aprendidas de pronto entre las luces hierbas suyas
Bronwyn y se morir entre palabras
Bronwyn de corazón de como Bronwyn
elegida un umbral lleno de llores letras
de la perduración y perdición así
tan no que sida
Bronwyn entre las rayas y los rayos
Bronwyn entre las olas y las olas y las alas
y las alas
Bronwyn de lo desnudo de lo nube Bronwyn inciertamente
dejando
¿ Es que no puede ser y puede ser no ser?
[...)
[...]
Como si d estremecimiento de una orquesta
extasiada en Brabante con los campos sobre sus temblorosos
Como si el movimiento de lo fulgurante aprendiera a subir
de lo blanco a lo rosa y de lo rosa rosa a lo rojo
Como si el cisne de oro se muriera siempre cuando te miro
Y de los despedazamientos que suscita
mi tamo residir en la mirada ida
naciera un cisne negro como el orbe negro
Un cisne inmensidad que me envolviera blanco
mientras entre los abandonos de los prados
los dólmenes gimieran hacia ti
Bronwyn
Y de los despedazamientos descendiera el oro inmaculado
[...]
Y terminar dejando entre los siglos otros
no los que musitados jumo al inclinarse viví
la petrificación de voz en que conduzco lo que puede ser yo
con un sentido ya venido
Dejando entre las persistencias celestiales los dedos
que no sólo los signos o las expresiones
sino las venas que contienen venas iluminante de veredas
Un vetear difuso que difunde abierto constelaciones
y un irse hacia lo sombra con un manto negro de llamas que te llaman
De Con Bronwyn (1970)
Algo me está buscando por el campo,
o por el bosque negro que fue verde.
Algo de claridad pero sin forma,
como un sonido inmenso que bajara desde un cielo apartado
por el cielo que existe.
Nunca supe quién soy,
pero voy
a ser lo que tü quieres sólo siendo
en el sol absoluto donde ardiendo mueres porque eres.
Voy a ser la eternamente llama de tu espiga de fuego;
mi resplandor entrego
a la doliente niebla que me llama.
Caigo en tu corazón que ha de perderse para que aprenda a rehacerse
desde el cristal azul del océano
al sarmiento quemado de una mano
cerrada al deshacerse.
[...]
Por tus sombras desciendo hasta la torre
Y vuelvo a ver el mar rojizo anaranjado.
Y te vuelvo a ver los muertos, la corona
Je flores aterradas.
¿Creíste que no vendría jumo a las negras rocas,
cuando de nuestras bocas el cielo renacía convirtiendo el espacio
en de plata palacio,
la distancia
en nuestra eterna estancia}
¿Creíste que era muerte la noche de la suene.
y el fin de !:a canción
mi desaparición?
Bronwyn. ¿estás aunque no nunca
pueda?
¿Olvidaste
mi primera mirada
cuando me desnudaste
estando ya desnuda y entregada?
[...]
Algo me está buscando entre tus hierbas azules de otra vida.
Algo romo una imagen sacramento,
como una niebla, de temblor.
Me has llamado Daena, Shekina me has llamado, así me has consagrado:
La que Desencadena.
Ten fe en tu pensamiento de siquiera un momento.
Quiere lo que deseas
para que siempre seas.
Es porque tú eres mi ángel que me sabes tu arcángel.
[...]
De Bronwyn, permutaciones (1170)
Contemplo entre las aguas del pantano
la celeste blancura de tu cuerpo desnudo
bajo el campo de las nubes
y circundado por el verde bosque.
No muy lejos el mar se descompone en las arenas grises,
en las hierbas. Manos entre las piedras con relieves
y tus ojos azules en los cielos.
Las alas se aproximan a las olas perdidas
en las páginas del fuego, Bronwyn, mi corazón,
y las estrellas sobre la tierra negra y cenicienta.
111
Contemplo entre las aguas del pantano
y circundado por el verde bosque.
o muy lejos el mar se descompone
y rus ojos azules en los ciclos.
Las alas se aproximan a las olas sobre la tierra negra y cenicienta.
La celeste blancura de tu cuerpo
desnudo bajo el campo de las nubes.
En las arenas grises, en las hierbas,
manos entre las piedras con relieves perdidas
en las páginas del fuego, Bronwyn, mi corazón, y las estrellas.
IV
Contemplo entre las aguas de tu cuerpo
la celeste blancura del pantano
desnudo bajo el campo con relieves
y circundado por el verde fuego.
No muy lejos el mar y las estrellas
en las arenas grises de las nubes.
Manos entre las piedras con las olas
y tus ojos azules en las hierbas.
Las alas se aproximan. Descomponen,
perdidas en las páginas del bosque,
Bronwyn, mi corazón, y cenicienta
sobre la tierra negra y en los ciclos.
De Bronwyn, w(1971)
Bronwyn de la estrellas funerarias,
de las agonizantes aguas verdes
y de las acumulaciones de lo que roto
se descompone todavía.
Bronwyn de las montañas que no existen,
de los abismos desatados, mudos,
de las negras horas en que
todo se parece a una noria de lamentos.
Bronwyn de los cristales encendidos,
de los cabellos negros como el oro,
de las rodillas rubias como tantas
promesas de las sombras a las sombras.
Cielo de mi desgarramiento rígido,
agua de mi pobreza de desierto,
blancura de mi gris descntcrn.do,
cuerpo de mi existencia incertidumbre.
Bosque de mi llanura donde estéril
una concentración de muerte calla.
Relámpago incendiario de la noche
vertida en las estrellas de tus ojos.
Palabra de mi lúgubre silencio
perdido entre las rejas del horror
de un hierro milenario que me cerca.
Bronwyn descendimiento, sola Bronwyn.
[...)
De tan negra la noche está dorada
y las estrellas rojas de tan blancas.
En el campo sin paz hay una luz
inmaterial que viene de la esencia.
Bronwyn, tu claridad me reconoce
aunque soy una roca entre las rocas
y me graba las letras de tu nombre
en la fosforescencia del espíritu.
Has vuelto a la presencia donde el agua nace
para que puedas ser visible,
entre los sentimientos del invierno
y el crecimiento azul del horizonte.
Y tu color de Bronwyn resucita
y tu cuerpo de Bronwyn
y tu blanca corona de cristal inaccesible:
constelación del centro, eternidad.
[...)
Constelación o cabellera, Bronwyn,
y vendaval a mí desde lo blanco.
Bronwyn llena de llamas de 1emblor,
iluminante Bronwyn de los asiros.
Contemplo en el reflejo de tu imagen
los números sagrados y sus númenes,
los posibles sonidos que trasvasan
la claridad vivida sin el tiempo.
Inmensidad celeste que te muestras
a la negrura de la yerta roca.
a la pasi6n con que las alas quietas
desencadenan su color funesto.
Virgen del infinito, sola Bronwyn,
relámpago que rasgas la blancura
donde tu propia luz se reconcilia
con un mundo que exige que haya cuerpo.
De La quête de Bronwyn (1971)
Un ruido me ha dejado entre las ruinas,
entre las ruinas de los tiempos rotos,
entre las ruinas de los ruidos lívidos,
entre los reinos de los rotos ruidos.
Bronwyn de los brumosos de Brabante bosques
donde la búsqueda no vuelve,
ven a mi conmoción desolación.
Rosa del pensamiento de las rosas
no busques mi cabeza en la maleza,
busca mis verdes ojos en los rojos
confines del cristal y del metal.
Sombra de tu belleza de la sola
ingravidez azul de la tristeza,
tu corazón me envuelve, me conduce
;a las blancas blancuras de las landas
hacia las lontananzas de las lanzas.
f...]
Los dragones me vencen invisibles
aún.
Escruto en el silencio de la gruta las runas
bajo el blanco de la luna.
y mientras busco el hilo de la busca
desde la nada afilo con mi espada
algo en mi corazón que es de dragón.
Combato con un monstruo, no lo mato.
Busca, proseguiré siempre buscando:
castillo del anillo,
hoz de la blanca voz.
Una sombra me nombra;
mi nombre no es de hombre.
Me arranco de lo negro hacia lo blanco,
me arranco de lo blanco hacia lo rojo,
de lo rojo me arranco; quiero el oro,
el oro de tu ser y fenecer,
cáliz azul en que la luz hallada
sella la lucidez de lo infinito.
[...]
De pronto vi la luz y no era luz,
era el sonido, Bronwyn, de tu nombre.
Iré en tu busca Bronwyn
hasta que el valle de las runas nos calle.
y el árbol de los ojos y Ju hojas
no deje de gemir entre las ruinas.
Anegado en l:.ii luna de aquel lago las aguas absolutas
que me anegan me ciegan
y crepitan en las ramas, llamas con que me llamas.
Sólo trozos encuentro, sólo pozos de sollozos y gozos.
Y mi locura busca en la llanura
la altura de la albura, inmaculada rosa desolada.
Umbral desconsolado del erial, azulado cristal de lo alejado,
Única,
rúnica,
inmensidad, inmensa inmensidad.
De mi boca enterrada va mi voz
al bosque donde el humo que te busca
sufre desde sus páginas de azufre.
Blanca en el firmamento de lo blanco,
sobre la blanca landa sólo blanca,
sola en el firmamento de blancura,
locura de lo blanco en la blandura.
Cuando todo se invierte,
en el bosque me buscan y es tu voz
en el ávido abismo de mí mismo;
me buscan entre trozos, entre pozos;
me buscan sin saber que soy el bosque.
(...]Nunca te encontraré porque el encuentro
habría de ser fuera. y estás dentro.
En la bruma del tiempo, tengo Bronwyn
el brillo de tu frente, de tus brazos,
IU blanco amanecer entre lo blanco.
Mi feudo está en el fuego de mi fe,
dulce niebla que das desde b. nieve los días,
las diademas que perdías, diademas de diamantes y de días.
Coronas y corolas son las olas
del mar de tu mirada murmurante.
Bronwyn, tu corazón es el Graal,
piedra de lo absoluto, piedra pura.
Pálida plata blanca como luz celeste
por los cielos de tu frente,
cisne de la locura de los cielos,
cisne de inmensidad en los anhelos.
Cisne de tu color de sólo cisne,
lis de tu claridad de sólo lis,
dulce alejas de mí la lejanía,
me dejas con mi voz que desvaría..
(...]
Brillante Bronwyn, Bronwyn del abismo
del abismo absoluto de mí mismo.
Brabante es el instante mis distante.
Nunca lo encontraré porque en lo nunca voy errante.
La nada jumo a mí como lo nunca,
sangre como de sangre sólo sangre.
Eran las escaleras. pero no eras.
El ciclo se celebra sobre el cieno
Y las encinas ciegas de ceniza
alzaban en su alzar lo que soñaban,
lo que sonara el ciclo sobre el cieno.
Eran liseras grises, mensajeras,
Eran las mensajeras de las eras,
eran las mensajeras de las horas,
eran ya sin mensaje las auroras.
Corazón sin coraza, lanza
sin esperanza.
Mi cimera es de muerte y de quimera.
Flores de los horrores,
Cadenas de las penas,
el grito del granito, el lis ya sólo gris,
pozos de los sollozos,
esencia de la ausencia.
Las ruinas de lo rubio entre los ruidos
Azules del cementerio.
Era su corazón, mi destrucción
Tiemblan entre las mieses y los meses
lises ya no plateados. sólo grises.
[...)
La rosa
nace en el centro de la blanca cruz.
He vuelto a ser la luz donde la luz
deja de ser la luz para ser luz,
en el centro del centro de los centros,
en la rosa de rosa de las rosas.
Cisnes enloquecidos me circundan,
me inundan con sus alas,
con sus olas albas donde las albas lontananzas
esparcen sus aladas esperanzas.
Y me sepultan cisnes y son cielos,
cielos llenos de cisnes y de cielos cayendo sobre mí,
siempre cayendo sus aludes de alburas, sus aludes
de alburas desoladas con las alas abiertas en lo blanco.
[...)
Los cisnes son las alas de las almas,
Las alas de las alas,
las alas de las almas de las alas,
los álamos del alma,
las almas de los álamos,
las alas de las almas de los álamos,
las almas de los álamos del alma,
las almas de las almas,
las alas en las alas de las alas,
las alas en Ias almas de las alas,
las olas de las almas, las olas de las alas
las olas desoladas de las almas
las olas de las alas de las almas,
las alas de las olas delas alas,
las alas de las olas de las almas,
las almas de las olas de las alas,
las almas de las alas de las olas,
las olas de las olas.
las alas,
las olas, las almas.
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