miércoles, 3 de junio de 2020

DEL CICLO BRONWYN (1967-1972)

De Bronwyn (1967)



Las huellas de sus dedos no se ven en la torre.


Pero yo leo sin descamo, en la soledad de la ermita

junto al mar los antiguos signos en donde tu estuviste hacia el año mil,

por los bosques, los pantanos, las ramas y las hojas, la arcilla pisada.



Dentro del corazón está la muerte

como una runa blanca de ceniza.



Acércate por el campo blanco

o por el verde campo o por el campo

negro, pero ven

Detente ante la tumba

donde los dos estamos.



Las hierbas son tan rubias como tú

lejos de la ceniza que me aleja

para siempre sin hierro.



La muerte es el pantano de las cruces,

Bronwyn.





[...]





Que las orquestas ciegas del martirio

acaben con los bosques, y los fuegos

de este incendio final, sacramentario



Bronwyn.

si no puedo ser tú, si no podemos

ser ángel,

¿por qué la niebla es gris sobre el mar gris?





Las ruinas de las runas en la roca hablan

de que yo estuve en este mundo,

donde el mar y la tierra de las nieblas

se funden y confunden.



La vida era una ausencia inagotable,

un laberinto de serpientes grises,

un pantano de rosas tenebrosas.



Torna mi oscuro anillo inmemorial.

Mi armadura deshecha se deshace

y de sus mallas muertas salen fuegos

azules, Bronwyn; puedo verlos, tiemblan.



Tiro el guante de hierro, soy tu siervo.

El mar que me acompaña por un mar de sombra

se deshace en el vacío.



Estoy cansado de estar muerto y ser.



[...]



Bronwyn;

es un mar de ceniza. está subiendo.

Nuestras alas no existen por la noche.



La cabeza es de cera,

los ojos son espacio



Te dejo entre los árboles del mundo y este coro de gritos

Que persigna mi estatura maldita.





Se acercan las doradas procesiones

que grabarán mi cuerpo en una losa.



Déjame contemplarte todavía,

mientras mis ojos cambian de función

conviniéndose en música azulada.



Bronwyn, el horizonte es una casa:

(la imagen incendiada de una casa).





La tierra es de terror, pero yo busco

una flor de cristal inaccesible.



Dámela con rus ojos desde el lago

donde blanca apareces.



Cuerpo resucitado no abandones esta mano de herida.



En Occidente el mar también acaba.



¿Mi señor me envió junto a las olas?

¿Mi ruido y mi armadura son su don necesario?



¿Había de morir junto a la puerta

del jardín de los árboles dorados?



¿Tengo que vivir muerto

mientras sé que el cielo es una red de piedra gris?



Es mi espada del año mil que llora,

no yo.



Mi corazón es blanco)' no se queja.





[...]





De Bronwyn, 1 (1967)





Mi cabeza de dientes se esparce por el prado

en que los ojos mis bellos de tu rostro

me hablaron con sus raíces de encina agonizando.



Toca mi corazón que se adelanta

bajo la espuma negra de las olas del cielo.



Ablanda tu ceniza.

Y acerca esa luz quemada de tus rojas estrellas

para que vea bocas donde sólo hay

pedazos de papel implorando.



Rasga tu hierro claro

y arráncate las letras que decoran tus yelmos.



¿Saben los grandes cisnes dónde está mi cadáver?





De Bronwyn, // (1968)



Corona sin persona, corazón sin coraza



lanza sin esperanza



Ando muerto yerto mando

Bronwyn bajando



Bron- wyn Con sin



Cielo ciego cieno cierro

Cielo ciego



¿No subes a la hierba?



Las cruces son violetas



Ya.



[...]



De Bronwyn, 1 // (1968)



Las olas sin espuma viniendo lentamente,

desde la eternidad repitiendo sin ruido

lo nunca,



¿Son de formas distintas? ¿Qué son formas?

¿Son las revelaciones de otra imagen?

Un ciclo se separa de este cielo:

las voces de unos ojos que vienen de lo gris.





Las ramas azuladas que propagan lo no.



¿Son los miembros humanos el centro de este mundo?

¿Lo son todo, acaso?





Hablaba de tu cuerpo de dedos y de manos

o tocaba en tu frente los milenios de luz.

Y las rosas se abrían dividiendo despacio

la nieve desolada del abismo marino.



Las almas son aún un polvo más oscuro, una luz más violeta

en el dolmen doliente al que me abrazo.





El pozo es el hermano del anillo. Remolino de otro mar, inútil es escribir en su interior una fecha o un nombre. En las tinieblas fulge d anillo eterno donde nada tiene fin ni principio, donde nada es, por tamo. Pero en el fondo del pozo puede haber agua inmóvil, no giratoria.



(...]



Al salir del agua se encuentran coronas de flores. Sobre todo si quien sale del agua es una doncella muerta que así resucita. Reconoce el cielo.siente el frío del aire porque está desnuda. Reconoce los árboles y las plantas tenebrosas de la orilla.. Pero no sabe quién es y nunca podrá saberlo. La tierra es un reverso. En ella se oyen sonidos que ocultan su espantoso silencio.



(...]



Las casas, los países, como las constelaciones, son la pura imaginación de un orden que no existe. Todo son puntos en movimiento. Cada luz, cada ser, cada ángulo están habitados por el infinito con su disposición en dispersiones. Vemos una torre, una habitación. un sepulcro. Vemos una constelación y vemos el mar, sobre todo el mar. Pero no vemos nada. No hay nada, Bronwyn. No hay nada.y todo conspira para fingir que existe, hasta mi corazón apoyado en mi cerebro,

(...]



Cuando digo yo oigo un grito terrible. El ciclo negro se acerca a mí. Siemo una espiga de hierro en mi interior. Las nebulosas se encienden y se apagan. Algo parece una mujer. pero el alma es otra cosa y no exige el dos. Cuando digo yo. pronuncio

la sagrada palabra Uno que sólo Dios podría pronunciar en su vértice inaccesible







De Bronwyn, V(1968)



Espirales, no esvásticas, de niebla de mar

en un silencio sostenido por el árbol insomne de los astros.



Como las blancas piedras,

lo que yace emerge con las manos de la nada

en los paisajes de ceniza eterna.



Lo nunca está esperando en el umbral

y el anillo grabado emite llamas.

Bronwyn. mi corazón también es no.



Los abismos son ecos de sollozos;

en la noche del todo te contemplo,

inscripción en el aire abominado.



No dejes que me muera sin mirarme

desde tu bruma verde que respira.

La irrealidad me lleva. dulcemente.



Las espirales grises, las doradas espirales

que giran hacia dentro

contienen nuestra sombra en su temblor



Bronwyn, mi corazón también es no en un mundo

que cierra la presencia. Manos abandonadas en los ciclos.



La muerte es una muerta.

Vemos exteriormente como forma lo que, en el interior,

es luz. La muerte es aquella luz que dice no eternamente

siendo sí. En ella se refugia la belleza de la

tierra y la belleza del cielo. La amada es esa muerta que siempre

intentará resucitar.





[...)



El mar está en el cielo y en el cielo

las olas deshaciéndose.



Los cristales creciendo se parecen

A lo que el yerto sueña lentamente.



Deshaciéndose d cielo de los tiempos

en las manos de un mundo que no fue.





Brumas, resurrecciones y saber

que la luz es lo no,

que lo nunca eres tú,

que la nada es la mano que levanto.



Mi cráneo destrozado por el hacha bajo el yelmo de hierro.

Mis manos incendiadas y mis tristes,

y mis hundidos sentimientos sombra.





Bronwyn. es el clamor lo que renueva

mi frente desligada, mis deshechas



Tu clamor de celeste concedida,

tu plata en resplandor a través de oro;

Eva del otro mundo sin ceniza.





[...]





Triste como un sonido inmemorial,

las armas me abandonan de repente.



Estoy bajando siempre y no lo sé

Me lo dicen tu piedras sobre mi

Ya casi mar.





La noche abandonada de tu voz,

crece sobre los cálices vacíos.



Bronwyn.

ha nevado esta noche y de la nieve

salen llamas azules.



El horizonte está resquebrajándose



En medio de la nada está la espiga

como la Flor en medio de b. nieve.



La muerte es la mirada que, hacia dentro.

vela vida,





Bronwyn,

son rosales extáticos,

son nubes de oro rosa,

son ciclos de las flores, lo que tienes en tu

luz.





De Bronwyn, V(1968)



Cadáverda

cada verdad.



Soledad.

Sol.

edad.



Bronwyn. só·

lo lo



Abrazada,

ab rasada.



No abras nada.





Te amo al atardecer cuando estoy muerto

y mis ojos se mezclan con las hierbas

y estoy lejos del mar y escucho el mar

y tus ojos me miran desde el viento

y es al atardecer cuando estoy muerto.





[...]





Si sales de tu tumba y vienes a la mía Bronwyn, me verás:

Estoy arrodillado a través de la piedra.





De la muerte se puede

conversar con dulzura, Bronwyn,

cuando se está muerto





(...]



De Bronwyn, V/(1969)



En la sonrisa triste con que el bosque repite mi mirada moribunda,

en su reflejo verde de cabellos

áureos, Bronwyn,

estoy como en los trozos de color

blanco de aquella cruz.





El hielo de las flores está aquí entre las rayas rotas

de una losa escrita en un idioma de crujidos y luces divergentes.

Las ruinas de las runas nos circundan.





Las aves son palabras de agonía.





Bronwyn,

no salgas de las aguas, no abandones

tu imagen incendiada hace mil años.



Ven hacia lo que no puede tocar ni el solo pensamiento.



Las estrellas se graban en la piedra inmensa que me ciega.

Bronwyn, Bronwyn, que me



Entre lo negro, Bronwyn. soy lo negro.



Graves planos de plomo son el cielo.

He de llamar amor a lo que es ir

hacia





[...] [...]



De Bronwyn, V//(1969)



Cuando te contemplé ya estaba muerto, muerto como las hierbas, aunque crean, como los mares muertos, que son rocas.



Sólo lo que es eterno está en la vida, aunque lo blanco eleva su belleza sobre las formas grises de lo negro



Y simula existir donde el no ser ex1iende sus certezas transitorias; Bronwyn, tu claridad no eternamente.



Deshecho por el bosque de lo no, por el bosque de nubes que son luz, luz de rocas y mares)' de hierbas.



Y de cristal deshecho, Bronwyn, que deshace lo que inmenso se levanta,

se levanta de luz desde lo gris.



De luz que se deshace entre la luz, de mares deshaciéndose en el mar,

de rocas deshaciéndose en las hierbas.



Bronwyn, que se deshacen en la torre, en el pantano, Bronwyn. en el bosque, entre los restos blancos de los hierros.





Un altar es un bosque, y es un bosque, Bronwyn, lo junco a ti donde tu blanco desvanecerlo todo junto a ti.



Cuando te contemplé ya estaba muerto; muerto, lleno de hierbas y de nubes, lleno de mares negros y de tu





[...)



Cuerpo de bosque blanco en un altar, torre de nubes blancas en un bosque, bosque de mares grises en la roca.



Junio a las rocas blancas de las nubes, junio a las grises nubes de las rocas, junto a los mares blancos del no ser.





Envuelto en la luz negra de lo blanco, envuelto entre las rocas de las nubes, envuelto en la luz blanca de lo gris.



Escucho entre las nubes de los mares, entre los mares de las rocas blancas; cuando re contemplé, Bronwyn, las hierbas.



Las hierbas lo son todo y el no ser,

las hierbas son lo blanco y son la roca, las hierbas son la nada en crecimiento.



Las hierbas son los mares de lo negro, las hierbas son la torre y el pantano,

las hierbas son yo muerto, Bronwyn, Bronwyn.





SECRETAMENTE ETERNOS EN LO NO



De Bronwyn, V//1(1969)



Si porque me dejaste en el clamor de lo gris temporal.



Quieres que te comprenda. eternidad.

Bronwyn, mi extremaunción abandonada al borde transparente de mi cuerpo.

Solio del corazón amordazado, palabras

como tronos de agonía reciente en el abismo de lo abierto,

de lo desnudo inmenso que se va cayendo de una roca,

con las manos cortadas por el tiempo de sus aguas,

soltadas por las sombras, y soltadas

de pronto entre mil años y mil años.



Incienso en lo incendiario que denota

lo intocable de siempre en soledad.



Pasas entre los ángeles en vilo

tan invisible y cierra como yo,

donde esta agrup2ción de hierbas abre

su boca.



Sin voz, sólo tu gris decaimiento vestida

por los bosques de los ciclos, adolescente eterna de los dólmenes.



[...]



Sacramentaria Bronwyn, Bronwyn gris

enterrada y de pie frente a mi \voz

que mana dulcemente, dulcemente para lo que no soy,

y lo que ya oscila en órbitas desencajadas.





Es triste comprender lo que solloza

en el fondo más hondo que uno mismo:



Ver moverse una mano que está muerta.





Renace, Bronwyn, para no

para no destruir la piedra eterna;

el centro, que en los centros de mi yo,

te mira eternamente.





Bronwyn, te son mis hierros y mi yo

un cerco pcrdurable de insistentes llamas.

Te soy, Bronwyn.





Nunca serré del tiempo aunque en el tiempo

viva.



La eternidad me tiene en su poder.

Somos la eternidad. Blanca viniste a convencerme, muerto.





[...]

De Bronwyn, z(1969)

CONVERSO CON BRONWYN (ROSEMARY FORSYTH)



Regreso a tu Brabante imaginariamente.



Porque aquel año mil ya se perdió entre las espirales océanicas

y sería un error

buscarte por las calles de Lovaina

o de un pueblo en la costa.

frente a unos frisios rubios que no existen.



Estoy entre los árboles del bosque sagrado y aquel río

de pantanosas aguas donde estabas.



¿Qué significa estabas?



En realidad, nunca estuviste en paisajes terrestres.

Bronwyn tan sólo fue transformación,

convergencia unitaria. Rosemary Forsyth.

de tu existencia blanca en este siglo veinte

y la imaginación de Leslie Stevens.



[...]

Pero si algo pervive y resistir

la sombra es existencia verdadera,

Bronwyn. en tu verdad está lo cieno,

acaso mis que en sombras cuyos cuerpos tienen peso y altura,

materia y duración.



Regreso a tu Brabante

y en primer lugar contemplo un horizonte oblicuo.



En él hay una torre de normanda forma,

hay una cruz labrada con imágenes

en toda su extensión, hay varias chozas

que emergen, palafíticas,

de las verdosas aguas que fecundan

el cieno del lugar.



Tu imagen no aparece o si aparece es rauda, transparente,

hecha de conmoción

de yuxtaposiciones velocísimas

del ser y del no ser, como tu doble

persona

Dime qué es el amor aunque no sepas

de lo que estoy hablando.





(...]

¿O prefieres dejarme que te explique

lo que puede entenderse

por esa fuerza ron un oscura,

por ese vendaval de cementerios?



El amor es mirar un centro puro

y ser suyo.

Y ser él,

dejando que lo eterno se consuma

en esos dos agentes del misterio.



Las manos en el ciclo.

Y en la frente las nubes azuladas,

mas también clamor

es un grito inmensamente horrendo,

porque sabe ya el gusto de la tierra

en las bocas abiertas para el beso

del que escapan las flores, las estrellas



Y aves,

estoy hablándote

como si fueras cierta en la pared

fugaz del pensamiento

que repite la imagen numerosa

de los estremecidos resplandores

de la substitución constante.





Todo se ha muerto ya cuando contemplo

tus senos de ceniza entre las hojas

doradas de un silencio

grave como la espada vertical

con que todo se corta.



Cuando contemplo el cáliz de tu rostro,

mi graal absoluto,

tan lejos en espacio como en tiempo

y en su combinación de alejamiento intrínseco.

Cuando contemplo el fuego de tus brazos

ardiendo entre los dólmenes que sueñan

bajo la luz verdosa de los claros

del bosque

Toco tu corazón con mis palabras

que apenas son humanas

por tan ciegas y mudas en lo inútil;

porque grabar estelas es trabajo de enterrador

y no de amante.





[...]

Nadie me está escuchando cuando te hablo

en el fondo perdido de mis años

traspasados de signos

trasladados a un mundo

que no me reconoce ni me atañe

con sus antorchas negras y sus ceras

de malla.



Hablábamos de amor,

no es un deseo ni una costumbre

alada de entender los cuerpos a las almas,

sino una reducción con una fe

que funden la deidad y se arrodillan

bajo el sol de su imagen.

El amor es un pálido descanso

que apoya la cabeza en una piedra

de colores ignotos

y un sonido candente que responde

sin cesar de ser él eternamente



Los árboles me miran y las hierbas

me rozan con sus tristes sentimientos.

Pero nada perdura donde tú

desnuda apareciste con corona.




(...]

Recorro los caminos abrasados,

Las machacadas zonas de los siglos profundos,

profanados,

y palpo con mis dedos los relieves confusos

de las tétricas reuniones de restos arqueológicos.



Hacia la lejanía

suena el rumor de un mar y:t de otro tiempo.

Igual es como abismo solamente.



Regreso hacia el momento en que consiste lo presente.



Ando entre peatones y automóviles.

Me pierdo por las calles interiores

con sus casas, no obstante, semejantes

a las que •fuera• me circundan siempre

y me p:tro por fin ame un espejo.

Voy vestido de gris y mi corbata es rosa.

He llegado a la edad sin esperanza,

aunque los años puedan, todavía,

sucederse en mi tiempo.





(...]

Me circundan -objetos-

que son parte de mis vidas difuntas.

Y en esta vida viva me rodean

seres a los que quiero y que me quieren

más en lo humano siempre,

sin poder entrar en el castillo no visible

de aquellos más allá que me dirigen

sonambúlicamentre.



Siempre supe que no era de este mundo,

con iodo he sido fiel a su presencia

y me adhiero con fuerza a lo que real

se dice, se figura.



Hablando con la sombra de tu sombra,

postreramente, he de decirte:

fuiste la mensajera de mi muerte,

de mi metamorfosis, Bronwyn

Mentiría si no reconociera

que en tus ojos vi el rayo del espacio

por el que puede penetrarse donde



(...]

La N:ada es una ron. y se parece

a tu ser intocable.



Lo Nunca es un fulgor que, suspendido,

sin producirse existe en los inmensos conjuntos superiores

Donde nada lo nunca ni es siempre junto a ti;

no en imaginación ni en realidad:

en esencia.





Lo que llamo Brabante no es un sitio

ni el recuerdo de un ávido lugar

con muérdagos y encinas.



Lo que llamo Brabante es un instante

sin tiempo y sin espacio.

Igual que tu belleza es una sola

conjunción instantánea de poderes

No hay nadie en el espejo y me contemplo.




(...]

De Bronwyn, x(1970)



Retorno al campo ciego de los días áridos

y recorro el país donde los bosques



El gregoriano oscuro de los siglos

abre

las puertas de la torre ya sin hojas

blancas.



Retorno hacia el pantano de la mezcla

y hacia la luz morada de los verdes árboles.

Bronwyn en el umbral en que la sombra

mano

se extiende hacia el follaje transparente

que

encendiendo.



(...]

Bronwyn era el cristal innumerable

difundido en difuntos esplendores,

era con los relieves de mi cruz

el gesto del espíritu.



El bosque circundaba su tersura

y el tiempo al alejarla de su espacio

era manchas de como nieve sangre.



Todo tan transiciones luminosas,

constelaciones y figuras blancas

de lo que nunca estuvo cerca,

ni vivió al mismo tiempo en un espacio.

Todo tan destrucciones silenciosas

cuando las manos fingen conocerse

y son desierto albos sin edad.





Dispongo de un instante en que pensarte

entre las dimensiones ávidas

que me arrastran al fondo

de un ignorado abismo de vivísimo ruego.



Te pienso entre tu cuerpo y tu palabra,

entre tu frente de oro y tus cabellos rosa.

Te pienso entre tu luz y el resplandor

que blanco.



Tu espíritu visible que me mira,

tu lejanía absorta que me toca.

Bronwyn. tu desunión que me deshace

y me vierte en un lago de luz verde.





[...)

Dispongo del instante de los muertos,

de los que vuelven solos junio al dolmen

doliente de sus puros sufrimientos

y pulsan en el arpa de la espuma su día

de diamante más radiante.



Insume de no estar y de perder la ciega consistencia

que la vida entrega.

Dispongo de un instante y le contemplo

bajando desde el ciclo de los ciclos entre tus labios

y mis ojos mudos entre las hierbas mágicas

que crecen, que crecen.





Todo se ha confundido y queda sólo

un ascua de cristal que se reduce a cisne de sonido.



La eternidad nos suena en las tinieblas

y somos una sílaba». de fuego

en su azulada boca hipergaláctica.



Hosanna, filacterias de los bosques,

mi pensamiento es druida por tu voz

Bronwyn, Yrwyn, Ynwynyn,





Aunque te escriba entre los vientos blancos

y aunque me escriba entre las negras rocas,

no logro contenerte como esencia.



¿Hay algo que no sé? ¿Hay un olvido

hundido en la espiral?



Bronwyn, yo sólo quiero comprenderte

y nunca las palabras me podrán dar nada.

Eternidad, oscuro, dulcemente, manos, ojos,

pantano, rosa, raya, diamante, disonante, lejanía,

estar, no ser, difunto, persistente,

¿Qué son?





Bronwyn, si el año mil fuera mi tiempo

01ú vinieras a este siglo

que parece ser mío o donde estoy,

iodo seria estéril como un cielo

en el que las estrellas fueran piedras.



Bronwyn eres [a norma de mi nada, y

la conciencia clara de mi nunca, aparecidamente.





[...)

Arcos azules bajo el cielo rosa y pórticos de plata

sobre el mar elevando pináculos astrales.



Una forma violeta reducida

a los tristes celajes asombrados

ante la luz indemne de tu cuerpo, Bronwyn.



Y el firmamento detenido donde las letras

desvarían de tu nombre eternamente eterno.





De Bronwyn,y(1970)



Bronwyn desgarradora

Llena eres de gracia

en la paz que profundo dejo mi soledad



Espero que la nada alucinando el reino

me petrifique en aire rosal

Desgarradora boca

de los ojos que senos enciendo sobre lisa

palidez pantanosa de mezcla



Yrwyn de inextinguible aurora

de aureola inmensidad reciente

de lejanía la



El ruido del silencio penetrando


La pausa que afilada recoge


Yrwyn de inacabada rosario de rosal



[...]

Rwynyrde sol de runa en de ruinas acorde Nyrwyr

como de no ir nunca



Bronwyn celebración

de lo presente que no tiene

Y que no sabe cómo es tan desvanecida

la voz evocación





De que no se conmueve

lo que no se



De que nunca lo no

de que nada lo nunca



Se conmueve lo que desde nunca aparece

y nada

Nada como el amor

En la





[...]

Como si el estremecimiento de una orquesta

pudiera levantar desde la roca blanca

la tan lejos de todo su cristal belleza

de mar y transitoria

los brazos extendiéndose

desnudos en los grises de lo sólo ciclo



Como si el abandono de los campos

ellos pudieran olvidarse de la negra piedra cerca



Y perderse en el sueño de las manos alas

aprendidas de pronto entre las luces hierbas suyas

Bronwyn y se morir entre palabras





Bronwyn de corazón de como Bronwyn

elegida un umbral lleno de llores letras

de la perduración y perdición así

tan no que sida



Bronwyn entre las rayas y los rayos

Bronwyn entre las olas y las olas y las alas

y las alas



Bronwyn de lo desnudo de lo nube Bronwyn inciertamente

dejando



¿ Es que no puede ser y puede ser no ser?



[...)





[...]

Como si d estremecimiento de una orquesta

extasiada en Brabante con los campos sobre sus temblorosos



Como si el movimiento de lo fulgurante aprendiera a subir

de lo blanco a lo rosa y de lo rosa rosa a lo rojo

Como si el cisne de oro se muriera siempre cuando te miro



Y de los despedazamientos que suscita

mi tamo residir en la mirada ida

naciera un cisne negro como el orbe negro



Un cisne inmensidad que me envolviera blanco

mientras entre los abandonos de los prados

los dólmenes gimieran hacia ti

Bronwyn



Y de los despedazamientos descendiera el oro inmaculado




[...]

Y terminar dejando entre los siglos otros

no los que musitados jumo al inclinarse viví

la petrificación de voz en que conduzco lo que puede ser yo

con un sentido ya venido



Dejando entre las persistencias celestiales los dedos

que no sólo los signos o las expresiones

sino las venas que contienen venas iluminante de veredas



Un vetear difuso que difunde abierto constelaciones



y un irse hacia lo sombra con un manto negro de llamas que te llaman





De Con Bronwyn (1970)



Algo me está buscando por el campo,

o por el bosque negro que fue verde.

Algo de claridad pero sin forma,

como un sonido inmenso que bajara desde un cielo apartado

por el cielo que existe.



Nunca supe quién soy,

pero voy

a ser lo que tü quieres sólo siendo

en el sol absoluto donde ardiendo mueres porque eres.



Voy a ser la eternamente llama de tu espiga de fuego;

mi resplandor entrego

a la doliente niebla que me llama.



Caigo en tu corazón que ha de perderse para que aprenda a rehacerse

desde el cristal azul del océano

al sarmiento quemado de una mano

cerrada al deshacerse.



[...] 


Por tus sombras desciendo hasta la torre

Y vuelvo a ver el mar rojizo anaranjado.

Y te vuelvo a ver los muertos, la corona

Je flores aterradas.





¿Creíste que no vendría jumo a las negras rocas,

cuando de nuestras bocas el cielo renacía convirtiendo el espacio

en de plata palacio,

la distancia

en nuestra eterna estancia}



¿Creíste que era muerte la noche de la suene.

y el fin de !:a canción

mi desaparición?





Bronwyn. ¿estás aunque no nunca

pueda?





¿Olvidaste

mi primera mirada

cuando me desnudaste

estando ya desnuda y entregada?



[...]

Algo me está buscando entre tus hierbas azules de otra vida.

Algo romo una imagen sacramento,

como una niebla, de temblor.



Me has llamado Daena, Shekina me has llamado, así me has consagrado:

La que Desencadena.



Ten fe en tu pensamiento de siquiera un momento.



Quiere lo que deseas

para que siempre seas.

Es porque tú eres mi ángel que me sabes tu arcángel.




[...]



De Bronwyn, permutaciones (1170)




Contemplo entre las aguas del pantano

la celeste blancura de tu cuerpo desnudo

bajo el campo de las nubes

y circundado por el verde bosque.



No muy lejos el mar se descompone en las arenas grises,

en las hierbas. Manos entre las piedras con relieves

y tus ojos azules en los cielos.



Las alas se aproximan a las olas perdidas

en las páginas del fuego, Bronwyn, mi corazón,

y las estrellas sobre la tierra negra y cenicienta.





111



Contemplo entre las aguas del pantano

y circundado por el verde bosque.

o muy lejos el mar se descompone

y rus ojos azules en los ciclos.



Las alas se aproximan a las olas sobre la tierra negra y cenicienta.

La celeste blancura de tu cuerpo

desnudo bajo el campo de las nubes.



En las arenas grises, en las hierbas,

manos entre las piedras con relieves perdidas

en las páginas del fuego, Bronwyn, mi corazón, y las estrellas. 



IV



Contemplo entre las aguas de tu cuerpo

la celeste blancura del pantano

desnudo bajo el campo con relieves

y circundado por el verde fuego.



No muy lejos el mar y las estrellas

en las arenas grises de las nubes.

Manos entre las piedras con las olas

y tus ojos azules en las hierbas.



Las alas se aproximan. Descomponen,

perdidas en las páginas del bosque,

Bronwyn, mi corazón, y cenicienta

sobre la tierra negra y en los ciclos.





De Bronwyn, w(1971)



Bronwyn de la estrellas funerarias,

de las agonizantes aguas verdes

y de las acumulaciones de lo que roto

se descompone todavía.



Bronwyn de las montañas que no existen,

de los abismos desatados, mudos,

de las negras horas en que

todo se parece a una noria de lamentos.

Bronwyn de los cristales encendidos,

de los cabellos negros como el oro,

de las rodillas rubias como tantas

promesas de las sombras a las sombras.





Cielo de mi desgarramiento rígido,

agua de mi pobreza de desierto,

blancura de mi gris descntcrn.do,

cuerpo de mi existencia incertidumbre.



Bosque de mi llanura donde estéril

una concentración de muerte calla.

Relámpago incendiario de la noche

vertida en las estrellas de tus ojos.



Palabra de mi lúgubre silencio

perdido entre las rejas del horror

de un hierro milenario que me cerca.

Bronwyn descendimiento, sola Bronwyn.




[...)

De tan negra la noche está dorada

y las estrellas rojas de tan blancas.

En el campo sin paz hay una luz

inmaterial que viene de la esencia.



Bronwyn, tu claridad me reconoce

aunque soy una roca entre las rocas

y me graba las letras de tu nombre

en la fosforescencia del espíritu.



Has vuelto a la presencia donde el agua nace

para que puedas ser visible,

entre los sentimientos del invierno

y el crecimiento azul del horizonte.

Y tu color de Bronwyn resucita

y tu cuerpo de Bronwyn

y tu blanca corona de cristal inaccesible:

constelación del centro, eternidad.




[...)

Constelación o cabellera, Bronwyn,

y vendaval a mí desde lo blanco.

Bronwyn llena de llamas de 1emblor,

iluminante Bronwyn de los asiros.



Contemplo en el reflejo de tu imagen



los números sagrados y sus númenes,

los posibles sonidos que trasvasan

la claridad vivida sin el tiempo.



Inmensidad celeste que te muestras

a la negrura de la yerta roca.

a la pasi6n con que las alas quietas

desencadenan su color funesto.



Virgen del infinito, sola Bronwyn,

relámpago que rasgas la blancura

donde tu propia luz se reconcilia

con un mundo que exige que haya cuerpo.





De La quête de Bronwyn (1971)



Un ruido me ha dejado entre las ruinas,

entre las ruinas de los tiempos rotos,

entre las ruinas de los ruidos lívidos,

entre los reinos de los rotos ruidos.



Bronwyn de los brumosos de Brabante bosques

donde la búsqueda no vuelve,

ven a mi conmoción desolación.



Rosa del pensamiento de las rosas

no busques mi cabeza en la maleza,

busca mis verdes ojos en los rojos

confines del cristal y del metal.



Sombra de tu belleza de la sola

ingravidez azul de la tristeza,

tu corazón me envuelve, me conduce

;a las blancas blancuras de las landas

hacia las lontananzas de las lanzas.





f...]

Los dragones me vencen invisibles

aún.



Escruto en el silencio de la gruta las runas

bajo el blanco de la luna.

y mientras busco el hilo de la busca

desde la nada afilo con mi espada

algo en mi corazón que es de dragón.

Combato con un monstruo, no lo mato.

Busca, proseguiré siempre buscando:

castillo del anillo,

hoz de la blanca voz.



Una sombra me nombra;

mi nombre no es de hombre.



Me arranco de lo negro hacia lo blanco,

me arranco de lo blanco hacia lo rojo,

de lo rojo me arranco; quiero el oro,

el oro de tu ser y fenecer,

cáliz azul en que la luz hallada

sella la lucidez de lo infinito.



[...]

De pronto vi la luz y no era luz,

era el sonido, Bronwyn, de tu nombre.



Iré en tu busca Bronwyn

hasta que el valle de las runas nos calle.

y el árbol de los ojos y Ju hojas

no deje de gemir entre las ruinas.



Anegado en l:.ii luna de aquel lago las aguas absolutas

que me anegan me ciegan

y crepitan en las ramas, llamas con que me llamas.



Sólo trozos encuentro, sólo pozos de sollozos y gozos.

Y mi locura busca en la llanura

la altura de la albura, inmaculada rosa desolada.

Umbral desconsolado del erial, azulado cristal de lo alejado,




Única,

rúnica,

inmensidad, inmensa inmensidad.

De mi boca enterrada va mi voz

al bosque donde el humo que te busca

sufre desde sus páginas de azufre.



Blanca en el firmamento de lo blanco,

sobre la blanca landa sólo blanca,

sola en el firmamento de blancura,

locura de lo blanco en la blandura.



Cuando todo se invierte,



en el bosque me buscan y es tu voz

en el ávido abismo de mí mismo;

me buscan entre trozos, entre pozos;

me buscan sin saber que soy el bosque.





(...]Nunca te encontraré porque el encuentro

habría de ser fuera. y estás dentro.





En la bruma del tiempo, tengo Bronwyn

el brillo de tu frente, de tus brazos,

IU blanco amanecer entre lo blanco.



Mi feudo está en el fuego de mi fe,

dulce niebla que das desde b. nieve los días,

las diademas que perdías, diademas de diamantes y de días.



Coronas y corolas son las olas

del mar de tu mirada murmurante.

Bronwyn, tu corazón es el Graal,

piedra de lo absoluto, piedra pura.



Pálida plata blanca como luz celeste

por los cielos de tu frente,

cisne de la locura de los cielos,

cisne de inmensidad en los anhelos.



Cisne de tu color de sólo cisne,

lis de tu claridad de sólo lis,

dulce alejas de mí la lejanía,

me dejas con mi voz que desvaría..



(...]

Brillante Bronwyn, Bronwyn del abismo

del abismo absoluto de mí mismo.

Brabante es el instante mis distante.

Nunca lo encontraré porque en lo nunca voy errante.



La nada jumo a mí como lo nunca,

sangre como de sangre sólo sangre.

Eran las escaleras. pero no eras.

El ciclo se celebra sobre el cieno

Y las encinas ciegas de ceniza

alzaban en su alzar lo que soñaban,

lo que sonara el ciclo sobre el cieno.

Eran liseras grises, mensajeras,

Eran las mensajeras de las eras,

eran las mensajeras de las horas,

eran ya sin mensaje las auroras.





Corazón sin coraza, lanza

sin esperanza.



Mi cimera es de muerte y de quimera.



Flores de los horrores,

Cadenas de las penas,

el grito del granito, el lis ya sólo gris,

pozos de los sollozos,

esencia de la ausencia.



Las ruinas de lo rubio entre los ruidos

Azules del cementerio.



Era su corazón, mi destrucción



Tiemblan entre las mieses y los meses

lises ya no plateados. sólo grises.




[...)



La rosa

nace en el centro de la blanca cruz.



He vuelto a ser la luz donde la luz

deja de ser la luz para ser luz,

en el centro del centro de los centros,

en la rosa de rosa de las rosas.



Cisnes enloquecidos me circundan,

me inundan con sus alas,

con sus olas albas donde las albas lontananzas

esparcen sus aladas esperanzas.



Y me sepultan cisnes y son cielos,

cielos llenos de cisnes y de cielos cayendo sobre mí,

siempre cayendo sus aludes de alburas, sus aludes

de alburas desoladas con las alas abiertas en lo blanco.




[...) 



Los cisnes son las alas de las almas,

Las alas de las alas,

las alas de las almas de las alas,

los álamos del alma,

las almas de los álamos,

las alas de las almas de los álamos,

las almas de los álamos del alma,

las almas de las almas,

las alas en las alas de las alas,

las alas en Ias almas de las alas,

las olas de las almas, las olas de las alas

las olas desoladas de las almas

las olas de las alas de las almas,

las alas de las olas delas alas,

las alas de las olas de las almas,

las almas de las olas de las alas,

las almas de las alas de las olas,

las olas de las olas.

las alas,

las olas, las almas.

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