martes, 2 de junio de 2020

La Nueva Parábola (Dau al Set, 1950)

Pero los dos hermanos, separados entre sí como la rosa y los excrementos,

como los pies y los ojos,

eran un solo hombre, una sola alma, un solo ser, de cuyas dos mitades nacieron el cielo y el infierno

para volver a reunirse en la eternidad de un momento cualquiera,

cuando se oye una canción y la ginebra canta sobre la mesa.


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