miércoles, 3 de junio de 2020

DE «NON SERVIAM» (1972)

 

Como  una inmensidad tan denunciada

perdiéndose

y no llegando  nunca ni siquiera

a ser lo que suplica.

 

Dejándose las alas en los ojos, abriéndose,

desanudando rocas de las nubes,

cayendo por los rostros y los tiempos

y de la voz ignota a las palabras.

 

 

Lo múltiple es lo negro virginal propagando

su vaso centelleante y los zafiros  gritan,

mientras del crisantemo del espíritu


se evaden las siniestras esperanzas

de goces inauditos,

de torturas sublimes,

de aplastamientos verdes como soles.

 

 

Príncipe  del reverso de los ciclos,

lo oscuro me alimenta con sus fuegos

tan grises como yo.

 

Siempre vuelve la muerte a conocerme

y a perderme en la siembra innumerable

que fluctúa en los antros de lo eterno.

 


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