Venid a mirar conmigo cómo era
su extraña pureza
Muerta, un palacio de pltau sin
llaves,
Muerta en la pregunta de tus
ojos.
Muerta en la claridad de tu
cuerpo.
Muerta entre tu boca y tus
cabellos.
Muerta entre tus luces juveniles.
Muerta con sus suavidades
rubias.
Mucn,1 con tus tormentas ignotas.
Muerta con tu color de topacio.
Muerta con tus senos de jardín.
Muerta. con tu frente de imposible.
Muerta con rus amarillas manos.
Muerta con tu sol desvanecido.
Muerta en las avenidas sin
nadie.
Muerta en los cristales de otras
casas.
Muerta sola de amor y abrazos.
Muerta de dar iodo siempre al
nada.
Muerta de convicción, rosa
muerta.
Muerta de lo absoluto del nunca.
Inger Stevens.
Una costa de amatistas áridas
junto al mar de doliente platino
sostiene tu recuerdo, lnger Stevens.
Repartida en el ciclo sonríes
lnger,
y tus imágenes blancas
difunden una vida de tenue
transformación de eternidad
pálida,
lnger Stevens, muerta. de llama,
lnger, lnger.
Muerta de corazón y de viento
Muerta de desnudo o de ramas.
Muerta de no ser del mundo rojo.
Muerta de buscar la espiral ida.
Muerta de abandonar tu belleza.
Muerta de no querer ser tocada.
Muerta de ver lo no permanecer
Muerta de no saber un camino.
Muerta de no pensar en la roca.
Muerta de ya todo desdeñarlo.
Muerta de crisantemos azules.
Muerta de ramos días diamantes.
Muerta de tantas noches caídas.
Muerta de un herida por única.
Muerta con las estrellas
violetas.
Muerta con las cenizas aladas.
Muerta con los labios infinitos.
Muerta con la muerte, los
jazmines,
inger Stevens.
IV
Las palabras azules se pudren en
los árboles,
las hierbas de la casa se alejan
por el mar.
ni esta esfera es acaso sino una
sola sombra
ráfagas de silencio se agregan
al silencio.
en los muebles oscuros que la
vieron vivir.
las cifras de su nombre deslíen
su ma1cria.
y las cruces que arañan el
firmamento roro.
se va como los días, negro como
los años.
Y un huracán de rocas petrifica el océano.
en extraños acordes de tiempos
transformados.
ha muerto lnger Stevens, que lo
sepan los ángeles.
de un absorto universo que es
todo eternidad.
árboles de diamante con hojas de
zafiro.
con su luz cegadora que nace del
espíritu.
Venid a ver la losa con sus
letras escritas
y comprobad su muerte donde los muertos
reinan.
que mercurio derrame bajo la
ílor de Sirio
Permitid que me corte las manos y la voz
junto al abismo grave que se
encierra en sus alas.
LOS CIELOS YA SE HAN IDO, NO TE CONTEMPLA
NADIE INGER STEVENS.
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