Sintiendo que se mueran las
estrellas cada día,
sintiendo que se mueran los
palacios cada noche.
Sintiendo que se muere el
pensamiento
hablo.
Lloraba en la llanura de los ojos, vidriado
y recortado por un águila
interior.
Entonces me acordé de la belleza
y la rompí despacio.
Lleno de letras X estoy vivo entre seres humanos.
¿Quién soy?
Mis destrucciones forman mi prefacio;
pero, ¿dónde está el fuego de la
cima
de la culminación, la cumbre y
la pirámide
del libro?
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