sábado, 6 de junio de 2020

44 sonetos de amor 1971 - IV

IV 



Eterna prisionera del momento, 

rosa dorada y sola en el desierto, 

si todo cuanto brilla fuera cierto, 

cierto fuera también mi pensamiento. 



Eterna mensajera del lamento azul 

que se levanta de lo yerto, 

¿por qué mi corazón, mi desconcierto 

quiere tu resplandor como elemento? 



Perdido entre las cruces 

y los cruces de caminos 

que surgen de lo incierto, 

tinieblas en mi voz ya son tus luces. 



Eterna adolescente del instante 

te buscaré en lo vivo y en lo muerto 

y encontraré tu rosa de diamante. 



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