martes, 2 de junio de 2020

De "Los 88 Sueños"

Sueño 2

 

La habitación se llenaba de animales inmóviles,

que esperaban una señal desconocido para animarse y caer sobre mí;

especialmente había serpientes y seres que parecían varas de mimbre.

 

sueño 11

 

Hay una cámara grande y gris. iluminada por una puerta abierta de la que sale

humo. En las paredes hay signos del alfabeto hebreo.

 

(CIRLOT 2005:357)

 

sueño 25

 

Al poner las manos sobre la mesa, se oyen grandes sinfonías.

 

(CIRLOT 2005:359)

 

 

sueño 51

 

Atravieso habitaciones y habitaciones, todas iguales, en las que sólo el papel de las paredes cambia de color. No hay mortales en ninguna de ellas. No encuentro lo que busco.

(CIRLOT 2005:364)

 

sueño 59

 

La habitación donde estoy no tiene puertas ni ventanas, pero sí un espejo en el cual me miro. Súbitamente caen las paredes y un paisaje de almendros en flor, surgiendo sobre la nieve, aparece a mi alrededor. Cuando me miro, advierto que una transfiguración total se ha operado. Tengo una inmensa cabellera rubia y los labios rojos como la sangre.

(CIRLOT 2005:365)

 

sueño 64

 

La habitación donde me encontraba estaba pintada de negro. En la pared había muchas espadas colocadas simétricamente. Los muebles eran de color dorado. Yo paseaba nerviosamente esperando algo que no terminaba de producirse. De

pronto, se apagó la luz y quedé anonadado, queriendo gritar y sin poder hacerlo.

 

(CIRLOT 2005:367)

 

sueño 73

 

Entro en una habitación y veo que, en ella, abandonadas sobre una mesa y varias estanterías, hay muchas cajas. Son de formas y tamaños diferentes; de materias distintas. Unas grandes como arcones y otras diminutas. Permanezco indeciso, sin saber qué hacer en esta situación, Abro una caja, después otra, y otra, y muchas más. Todas están vacías.

 

(CIRLOT 2005:368)

 

sueño 4

 

La "mujer de París" salió de la obscuridad y se me acercó. Estaba desnuda y su cuerpo era como de barro gris, viscoso y mojado. Sin embargo, no me producía repugnancia, sino una gran felicidad poder estar allí, junto a ella.

(CIRLOT 2005:355)

 

sueño 6

 

En un río, con el agua hasta las rodillas, estaba una mujer desnuda, de carne muy blanca y miembros grandes y armoniosos. Varios cocodrilos vagaban en su cercanía. Finalmente, uno de estos animales se apretaba contra ella poniéndose de pie sobre sus patas traseras.

(CIRLOT 2005:356)

 

sueño 24

 

En la plaza mayor de un pueblo están celebrando algo así como una corrida de todos. Pero consiste en lo siguiente: una muchacha martiriza a un toro, que se muestra incapaz de defenderse, y le corta la piel a largas tiras, le arranca la lengua y le hiere en los ojos.

(CIRLOT 2005:359)

 

sueño 32

 

No debes olvidarme. —al decir esto, ella me daba un pequeño objeto consistente en una especie de torre de cristal llena de fragmentos que se ordenaban o desordenaban, dando la impresión de un edificio o de una ruina.

(CIRLOT 2005:361)

 

sueño 53

 

Yo no soy la que vive en su vida —me dice—. Yo soy la que está contigo desde el principio. Entonces veo que el precipicio que hay entre los dos se llena de una arena blanca.

(CIRLOT 2005:365)

 

sueño 66

 

Ella venía por una calle cuya atmósfera vibraba al extremo de dificultar la visión. Era en invierno y parecía que había nevado. Yo la besé en la frente, y desde aquel momento, permanecí bajo su dominio.

(CIRLOT 2005:367)

 

sueño 84

 

Claro del bosque. Una mujer desnuda y transparente está sobre mí, pero yo no

sólo estoy en mi cuerpo, sino en todos los elementos del bosque.

(CIRLOT 2005:355)

 

sueño 88

 

En una gran llanura hay una enorme cabeza de terracota negra de diosa. Paisaje soleado y caluroso. Doy una vuelta y me encuentro frente a un gran monumento de ladrillos rojos y negros, de planta central y con cuatro arcos de triunfo en sus cuatro entradas. El interior está lleno de estatuas de mármol, romanas como el edificio. Entre ellas me llaman la atención dos: la de una mujer-­‐sirena que parece reírse y la del emperador Trajano.

(CIRLOT 1988:96)

 

Y finalmente, aquellos que de forma perturbadora cruzan la habitación con la doncella.

 

sueño 38

 

Al tener que ponerme una máscara, yo elegía una de demonio y en el momento de estrenarla, se abría un huevo en la pared y advertía que una extraña mujer me estaba observando.

(CIRLOT 2005:362)

sueño 55

 

Una mujer se quita las medias delante de mí, levantándose las faldas hasta las caderas. Sus piernas son gruesas pero esbeltas y la habitación donde nos hallamos es muy pobre.

(CIRLOT 2005:365)

 

sueño 65

 

Después de matarla, arrojé el cuerpo a una especie de lago contenido en un muro. Sus manos se cogían a la pared de ladrillos, pero finalmente desaparecieron en el agua.

(CIRLOT 2005:367)

 

sueño 74

 

Es tarde y en el prostíbulo sólo queda una mujer alta y semidesnuda. Me acerco a ella y me dejo conducir hasta un oscuro y sucio dormitorio. Es lo contrario, oigo que dicen. Luego, veo el comedor de aquella casa, donde cuatro o cinco hombres juegan a las cartas a la luz de una vela.

(CIRLOT 2005:369)

 

sueño 76

 

Paso por una calle de una ciudad africana. A ambos lados hay mujeres con los típicos trajes de su país. Me acerco a una de ellas, la cual me conduce al interior de una casa. Allá me clava agujas en el dedo anular y me injerta una araña, metiendo las patas del insecto en mis heridas. Luego pone una venda en derredor de mi dedo.

(CIRLOT 2005:369)

 

sueño 80

 

A lo lejos veo una casa y me dirijo andando penosamente por la arena del desierto. Una mujer, esbelta como un muchacho, me sonríe a la entrada, Yo sé que es inútil que me esfuerce en llegar allá porque nunca podré vivir dentro:

sólo me será dado rondar por los alrededores y dejarme amar por ella, cuando le plazca venir a buscarme.

 

(CIRLOT 2005:370)

 

Sueño 9

 

Era obligado por María del Carmen a vivir bajo el agua pantanosa. Como la profundidad era escasa, tenia que avanzar echado sobre el vientre y sólo de vez en cuando podía sacar la cabeza del barro para respirar.

(CIRLOT 2005:356)

Sueño 52

María del Carmen me arroja un saltamontes (el animal que más temo) a la cara.

(CIRLOT 2005:364)

 

Sueño 71

 

María del Carmen se me aparece entre dos montañas que resplandecen; al acercarme, veo que son dos joyas. Entonces ella se ríe y huye arrojándose contra uno de los montones fulgurantes. Después, voy por una calle muy pobre, es de

 

noche y a mi lado va una mujer alta y despeinada. Nos paramos junto a un portal y me besa. Cuando aparto su rostro y lo vislumbro ante una claridad incierta, mortalmente me apesadumbro.

(CIRLOT 2005:368)

 

Sueño 77

 

María del Carmen clava una larga navaja en el cuerpo de un pez palpitante aún,

 

que acaba de ser sacado del agua.


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