Sueño 2
La habitación se llenaba de animales
inmóviles,
que esperaban una señal desconocido para
animarse y caer sobre mí;
especialmente había serpientes y seres
que parecían varas de mimbre.
sueño 11
Hay una cámara grande y gris.
iluminada por una puerta abierta de la que sale
humo. En las paredes hay signos del alfabeto
hebreo.
(CIRLOT 2005:357)
sueño 25
Al poner las manos sobre la mesa, se
oyen grandes sinfonías.
(CIRLOT 2005:359)
sueño 51
Atravieso habitaciones y habitaciones,
todas iguales, en las que sólo el papel de las paredes cambia de color. No hay
mortales en ninguna de ellas. No encuentro lo que busco.
(CIRLOT 2005:364)
sueño 59
La habitación donde estoy no tiene
puertas ni ventanas, pero sí un espejo en el cual me miro. Súbitamente caen las
paredes y un paisaje de almendros en flor, surgiendo sobre la nieve, aparece a
mi alrededor. Cuando me miro, advierto que una transfiguración total se ha
operado. Tengo una inmensa cabellera rubia y los labios rojos como la sangre.
(CIRLOT 2005:365)
sueño 64
La habitación donde me encontraba
estaba pintada de negro. En la pared había muchas espadas colocadas
simétricamente. Los muebles eran de color dorado. Yo paseaba nerviosamente
esperando algo que no terminaba de producirse. De
pronto, se apagó la luz y quedé
anonadado, queriendo gritar y sin poder hacerlo.
(CIRLOT 2005:367)
sueño 73
Entro en una habitación y veo que, en
ella, abandonadas sobre una mesa y varias estanterías, hay muchas cajas. Son de
formas y tamaños diferentes; de materias distintas. Unas grandes como arcones y
otras diminutas. Permanezco indeciso, sin saber qué hacer en esta situación,
Abro una caja, después otra, y otra, y muchas más. Todas están vacías.
(CIRLOT 2005:368)
sueño 4
La "mujer de París" salió de
la obscuridad y se me acercó. Estaba desnuda y su cuerpo era como de barro
gris, viscoso y mojado. Sin embargo, no me producía repugnancia, sino una gran
felicidad poder estar allí, junto a ella.
(CIRLOT 2005:355)
sueño 6
En un río, con el agua hasta las
rodillas, estaba una mujer desnuda, de carne muy blanca y miembros grandes y
armoniosos. Varios cocodrilos vagaban en su cercanía. Finalmente, uno de estos
animales se apretaba contra ella poniéndose de pie sobre sus patas traseras.
(CIRLOT 2005:356)
sueño 24
En la plaza mayor de un pueblo están
celebrando algo así como una corrida de todos. Pero consiste en lo siguiente:
una muchacha martiriza a un toro, que se muestra incapaz de defenderse, y le
corta la piel a largas tiras, le arranca la lengua y le hiere en los ojos.
(CIRLOT 2005:359)
sueño 32
No debes olvidarme. —al decir esto,
ella me daba un pequeño objeto consistente en una especie de torre de cristal
llena de fragmentos que se ordenaban o desordenaban, dando la impresión de un
edificio o de una ruina.
(CIRLOT 2005:361)
sueño 53
Yo no soy la que vive en su vida —me
dice—. Yo soy la que está contigo desde el principio. Entonces veo que el
precipicio que hay entre los dos se llena de una arena blanca.
(CIRLOT 2005:365)
sueño 66
Ella venía por una calle cuya
atmósfera vibraba al extremo de dificultar la visión. Era en invierno y parecía
que había nevado. Yo la besé en la frente, y desde aquel momento, permanecí
bajo su dominio.
(CIRLOT 2005:367)
sueño 84
Claro del bosque. Una mujer desnuda y
transparente está sobre mí, pero yo no
sólo estoy en mi cuerpo, sino en todos
los elementos del bosque.
(CIRLOT 2005:355)
sueño 88
En una gran llanura hay una enorme
cabeza de terracota negra de diosa. Paisaje soleado y caluroso. Doy una vuelta
y me encuentro frente a un gran monumento de ladrillos rojos y negros, de
planta central y con cuatro arcos de triunfo en sus cuatro entradas. El
interior está lleno de estatuas de mármol, romanas como el edificio. Entre
ellas me llaman la atención dos: la de una mujer-‐sirena que parece reírse y
la del emperador Trajano.
(CIRLOT 1988:96)
Y finalmente, aquellos que de forma
perturbadora cruzan la habitación con la doncella.
sueño 38
Al tener que ponerme una máscara, yo
elegía una de demonio y en el momento de estrenarla, se abría un huevo en la
pared y advertía que una extraña mujer me estaba observando.
(CIRLOT 2005:362)
sueño 55
Una mujer se quita las medias delante
de mí, levantándose las faldas hasta las caderas. Sus piernas son gruesas pero
esbeltas y la habitación donde nos hallamos es muy pobre.
(CIRLOT 2005:365)
sueño 65
Después de matarla, arrojé el cuerpo a
una especie de lago contenido en un muro. Sus manos se cogían a la pared de
ladrillos, pero finalmente desaparecieron en el agua.
(CIRLOT 2005:367)
sueño 74
Es tarde y en el prostíbulo sólo queda
una mujer alta y semidesnuda. Me acerco a ella y me dejo conducir hasta un
oscuro y sucio dormitorio. Es lo contrario, oigo que dicen. Luego, veo el
comedor de aquella casa, donde cuatro o cinco hombres juegan a las cartas a la
luz de una vela.
(CIRLOT 2005:369)
sueño 76
Paso por una calle de una ciudad
africana. A ambos lados hay mujeres con los típicos trajes de su país. Me
acerco a una de ellas, la cual me conduce al interior de una casa. Allá me
clava agujas en el dedo anular y me injerta una araña, metiendo las patas del
insecto en mis heridas. Luego pone una venda en derredor de mi dedo.
(CIRLOT 2005:369)
sueño 80
A lo lejos veo una casa y me dirijo
andando penosamente por la arena del desierto. Una mujer, esbelta como un
muchacho, me sonríe a la entrada, Yo sé que es inútil que me esfuerce en llegar
allá porque nunca podré vivir dentro:
sólo me será dado rondar por los
alrededores y dejarme amar por ella, cuando le plazca venir a buscarme.
(CIRLOT 2005:370)
Sueño 9
Era obligado por María del Carmen a
vivir bajo el agua pantanosa. Como la profundidad era escasa, tenia que avanzar
echado sobre el vientre y sólo de vez en cuando podía sacar la cabeza del barro
para respirar.
(CIRLOT 2005:356)
Sueño 52
María del Carmen me arroja un
saltamontes (el animal que más temo) a la cara.
(CIRLOT 2005:364)
Sueño 71
María del Carmen se me aparece entre
dos montañas que resplandecen; al acercarme, veo que son dos joyas. Entonces
ella se ríe y huye arrojándose contra uno de los montones fulgurantes. Después,
voy por una calle muy pobre, es de
noche y a mi lado va una mujer alta y
despeinada. Nos paramos junto a un portal y me besa. Cuando aparto su rostro y
lo vislumbro ante una claridad incierta, mortalmente me apesadumbro.
(CIRLOT 2005:368)
Sueño 77
María del Carmen clava una larga
navaja en el cuerpo de un pez palpitante aún,
que acaba de ser sacado del agua.
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