Diosa,
mi relación contigo no es de cielo,
mi relación contigo no es de amor,
mi relación contigo no es de fiel.
Me aparte de tus fúnebres encantos
y de las seducciones de la tumba,
y del encaje negro que recubre
la desnudez del cuerpo de la tierra.
Diosa,
me aparto de tus ojos de serpiente,
me aparto de tu boca de cenizas,
me aparto de tu vientre de oración.
Yo todavía soy de oscuridad.
Tus capas disonantes me recubren,
pero las hojas blancas del ciprés
me llaman.
Juan Eduardo Cirlot - Poemas
sábado, 6 de junio de 2020
PERSÉFONE - Fragmentos
La reina del infierno me ha mirado
con su boca que nace entre pedazos
de luz ensangrentada y envolvente.
La reina del infierno me ha tocado
con su mano de barro que se alarga
por entre las raíces de lo muerto.
La reina del infierno me permite
moverme en sus estratos aplastados
y besar sus espigas insensibles.
La reina del infierno me conduce
al campo en que las flores azuladas
crecen, pero hacia abajo para siempre.
La reina del infierno me ha quemado
con sus brazos tan blancos como el odio
que siento todavía al deshacerme.
con su boca que nace entre pedazos
de luz ensangrentada y envolvente.
La reina del infierno me ha tocado
con su mano de barro que se alarga
por entre las raíces de lo muerto.
La reina del infierno me permite
moverme en sus estratos aplastados
y besar sus espigas insensibles.
La reina del infierno me conduce
al campo en que las flores azuladas
crecen, pero hacia abajo para siempre.
La reina del infierno me ha quemado
con sus brazos tan blancos como el odio
que siento todavía al deshacerme.
Lejos está la sombra que me mira... "Ocho Homenajes" 1972
Lejos está la sombra que me mira,
perforadas montañas la circundan;
hay olas escarlatas y se inundan
las órbitas de todo cuanto gira.
En sangre y resplandor flota la lira,
las cuerdas y planetas se secundan
y el orbe gemirá cuando se hundan.
cabeza muerta que respira
canta en mi corazón donde la sangre
es el mar de sus ojos, de su boca.
Una cabeza sola a la deriva.
Quiero que mi tristeza se desangre,
me quiero convenir en una roca;
más que mi voz no yerta sobreviva.
Ocho homenajes. 1972
44 Sonetos de Amor 1971 - XXVIII
XXVIII
Princesa prisionera de la nada,
princesa prisionera de la suerte,
princesa prisionera de la muerte,
princesa del abismo en la mirada.
Princesa de la noche de la espada,
princesa de la noche de lo inerte,
princesa de la noche que se vierte,
princesa sin amor y enamorada.
La luz de tu tristeza de princesa
brilla en la claridad de este lamento,
es luz que no comienza y que no cesa.
La luz de tu belleza de princesa
brilla en la eternidad de este momento;
princesa del horror de ser princesa.
Princesa prisionera de la nada,
princesa prisionera de la suerte,
princesa prisionera de la muerte,
princesa del abismo en la mirada.
Princesa de la noche de la espada,
princesa de la noche de lo inerte,
princesa de la noche que se vierte,
princesa sin amor y enamorada.
La luz de tu tristeza de princesa
brilla en la claridad de este lamento,
es luz que no comienza y que no cesa.
La luz de tu belleza de princesa
brilla en la eternidad de este momento;
princesa del horror de ser princesa.
44 sonetos de amor 1971 - IV
IV
Eterna prisionera del momento,
rosa dorada y sola en el desierto,
si todo cuanto brilla fuera cierto,
cierto fuera también mi pensamiento.
Eterna mensajera del lamento azul
que se levanta de lo yerto,
¿por qué mi corazón, mi desconcierto
quiere tu resplandor como elemento?
Perdido entre las cruces
y los cruces de caminos
que surgen de lo incierto,
tinieblas en mi voz ya son tus luces.
Eterna adolescente del instante
te buscaré en lo vivo y en lo muerto
y encontraré tu rosa de diamante.
Eterna prisionera del momento,
rosa dorada y sola en el desierto,
si todo cuanto brilla fuera cierto,
cierto fuera también mi pensamiento.
Eterna mensajera del lamento azul
que se levanta de lo yerto,
¿por qué mi corazón, mi desconcierto
quiere tu resplandor como elemento?
Perdido entre las cruces
y los cruces de caminos
que surgen de lo incierto,
tinieblas en mi voz ya son tus luces.
Eterna adolescente del instante
te buscaré en lo vivo y en lo muerto
y encontraré tu rosa de diamante.
El mar es un pedazo de cristal... ORFEO 1970
El mar es un pedazo de cristal
bajo mis alas negras como el ciclo.
Ya me olvidé del cuerpo y del color
de las praderas suaves y humeantes.
La luz es solamente la belleza.
Mi lira está esperando en la galaxia
y las flores devoran los volcanes.
Cordillera de hielo canta y sírveme de apoyo.
¿No ves que soy tu dios y me dirijo
a mi ciudad de hierro transparente?
Orfeo 1970
bajo mis alas negras como el ciclo.
Ya me olvidé del cuerpo y del color
de las praderas suaves y humeantes.
La luz es solamente la belleza.
Mi lira está esperando en la galaxia
y las flores devoran los volcanes.
Cordillera de hielo canta y sírveme de apoyo.
¿No ves que soy tu dios y me dirijo
a mi ciudad de hierro transparente?
Orfeo 1970
Incendiaré mi pecho cuando el sol...
Incendiaré mi pecho cuando el sol
estalle en mi cabeza de esmeralda.
Quiero dejar mi cuerpo
al borde negro de la tierra
que tamo me maldice cuando niego su torso.
Yo soy un ser humano a pesar mío
y busco entre las ramas de mi ser
la espiga de lo uránico fulgente,
estridor silencioso entre las piedras.
Nadie en la superficie del planeta
quiere reconocerme diferente
y sé que no soy otro
entre los unos y que llevo
una marca celestial en mis ojos dorados.
Cuando ya mi presencia no persista
acaso se verá lo que es tangencia
en las opacas formas de mi estar prisionero
de un orbe que me tiene
hundido en su materia hasta los labios,
estalle en mi cabeza de esmeralda.
Quiero dejar mi cuerpo
al borde negro de la tierra
que tamo me maldice cuando niego su torso.
Yo soy un ser humano a pesar mío
y busco entre las ramas de mi ser
la espiga de lo uránico fulgente,
estridor silencioso entre las piedras.
Nadie en la superficie del planeta
quiere reconocerme diferente
y sé que no soy otro
entre los unos y que llevo
una marca celestial en mis ojos dorados.
Cuando ya mi presencia no persista
acaso se verá lo que es tangencia
en las opacas formas de mi estar prisionero
de un orbe que me tiene
hundido en su materia hasta los labios,
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